Se habla de Trastornos del Espectro Autista (TEA) en plural porque no solo es el autismo como comúnmente se conoce, es una serie de trastornos en el desarrollo neurológico del niño que presenta cuatro características definitorias:
1.- Incapacidad del niño para relacionarse con las personas.
2.- Dificultades en el desarrollo de la comunicación.
3.- Dificultades en el desarrollo, la expresión y la comprensión del lenguaje.
4.- Resistencia a los cambios ambientales.
Dentro de los TEA, según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV) se encuentran:
a.- Trastorno autista que se caracteriza por una notable afectación en el desarrollo de la comunicación verbal y no verbal, retraso o ausencia en el desarrollo del lenguaje, incapacidad para establecer relaciones sociales y emocionales prefiriendo actividades en solitario. Presenta patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidas, repetitivas y estereotipadas, así como inflexibilidad a los cambios. Se pueden observar respuestas exageradas a estímulos sensoriales, por ejemplo un elevado umbral para el dolor, hipersensibilidad ante los sonidos o al contacto físico, reacciones exageradas ante la luz o los colores, también una ausencia de miedo como respuesta a peligros reales y un temor excesivo como respuesta a objetos no dañinos. Estas alteraciones se presentan antes de los tres años de edad, ya sea porque exista un retraso en su desarrollo o por un inadecuado funcionamiento, se presenta en los varones con mayor frecuencia que en las mujeres, sin embargo, las mujeres autistas son más propensas a experimentar un retraso mental más grave.
b.- Trastorno de Rett, se presenta cuando existe un retraso de habilidades ya adquiridas tras un periodo de funcionamiento normal después del nacimiento. Los sujetos presentan un desarrollo psicomotor normal durante los primeros 5 meses de vida, en el nacimiento la circunferencia craneal también se sitúa dentro de los límites normales. Entre los 5 y los 48 meses de edad el crecimiento craneal se desacelera y entre los 5 y 30 meses de edad se produce una pérdida de habilidades manuales previamente adquiridas. El interés por el ambiente social disminuye en los primeros años posteriores al inicio del trastorno. Se establecen alteraciones de la coordinación de la marcha y de los movimientos del tronco, también existe una alteración grave del desarrollo del lenguaje expresivo y receptivo, con retraso psicomotor grave. Tiene su inicio durante el primero o segundo año de vida, el trastorno persiste a lo largo de toda la vida, y la pérdida de habilidades suele mantenerse y progresar, solo ha sido diagnosticado en mujeres.
c.- Trastorno desintegrativo infantil, el niño presenta una pérdida de habilidad adquiridas hasta los dos años y antes de los diez años de vida. Se observa un déficit en las relaciones sociales y de comunicación, presentando características del trastorno autista, en la mayoría de los casos dichas deficiencias se presentan a lo largo de la vida y suelen ser constantes. En la mayoría de los casos el inicio del trastorno se presenta entre los tres y cuatro años de edad, pudiendo ser gradual o repentino, siendo mas común en varones.
d.- Trastorno de asperger, este trastorno presenta alteraciones significativas en las áreas social y laboral del niño, se observan alteraciones en el desarrollo del comportamiento presentando actividades e intereses restrictivos, repetidos y limitados, pudiendo tener retraso en el desarrollo motor que suele quedar de manifiesto en la edad escolar, pero a diferencia del trastorno autista no existen retrasos importantes en el desarrollo del lenguaje ni en el desarrollo cognitivo, así como tampoco en las habilidades de autocuidado propias de la edad. Este trastorno tiene su inicio posterior al trastorno autista, es decir, después de los tres años de edad; ya que el trastorno es continuo a lo largo de la vida en la edad adulta se suele tener dificultad para relacionarse socialmente, y debido a la información limita que existe, se considera que es mas frecuente en varones.
Los primeros indicadores de los TEA se pueden presentar durante el primer año de edad, ya que el niño no es capaz de seguir la mirada de otro u observar hacia donde otro está mirando, presenta poco o nulo interés en el juego cooperativo y en la relación con sus iguales. Tienen dificultad para interactuar con la gente y prestan poca atención a estímulos visuales. Debido a su limitada capacidad de simbolización presenta poco juego creativo y dificultades para leer las expresiones faciales, tales como el uso de la mirada, el uso de gestos como la sonrisa, la tristeza o el enojo, por lo que no hacer uso de ellas para comunicarse o conseguir lo que quieren.
A la adquisición del lenguaje son capaces de reproducir literalmente un dialogo, pero son incapaces de utilizar adecuadamente los patrones de entonación adecuada al expresarse, suelen referirse a ellos mismos en segunda o tercera persona y utilizar “neologismos”, es decir, palabras que solo tienen significado para ellos.
Los niños con TEA tienen conductas y patrones repetitivos, por lo que pueden pasar horas en una actividad sin sentido aparente o presentar movimientos motores en forma rítmica. Así también, debido a su inflexibilidad mental son resistentes a los cambios ambientales, por ejemplo, a la modificación de los muebles, adornos o color de paredes de los lugares que habitan, también suelen presentar hipersensibilidad a los estímulos visuales o táctiles, presentando una respuesta exagerada a éstos; por lo que algunos autores sugieren que los niños con TEA suelen ser mas propensos a trastornos de ansiedad y depresivos.
Debido a que se desconocen las causas que provocan los TEA se piensa que éstos pueden desarrollarse en la gestación ya que se sabe que algunas partes del cerebro se desarrollan de manera diferente en estos trastornos, pero también existe una hipótesis que pudiera indicar que los TEA son hereditarios o existe otra que indica que son causados por algunos alimentos ya que son metabolizados diferente a lo común, lo cual provoca alteraciones en las funciones cerebrales.
Por lo tanto los TEA no se consideran una enfermedad que pueda ser adquirida o contagiada, o desaparecer con algún medicamento, tratamiento terapéutico o alternativo. Las posibilidades que existen en la actualidad solo son para brindar una mejor calidad de vida a los sujetos con algún TEA, las cuales consisten en la utilización de algunos medicamentos para controlar las conductas o los problemas de atención en los niños, programas de ayuda para que aprendan a controlar su conducta y a desarrollar habilidades adecuadas de socialización con otros, así como programas de educación a los padres, familiares y maestros para que conozcan más sobre los TEA con la finalidad de comprender y actuar adecuadamente cuando sea necesario.
En caso de sospecha de que el niño presente algún trastorno, ya sea por herencia o cambios en la conducta es importante acudir con los especialistas, ya que entre mas temprano sea diagnosticado podrá recibir una atención adecuada y podrá mejorar su calidad de vida, según sea el caso.
Juana Castañeda López
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Maritza palacios (martes, 18 octubre 2016 11:42)
Buenas tardes doctora. Podria decirme q psicologos, psiquiatras o que medicos son los indicados para diagnosticar el espectro autista o asperger. Pues mi hija de 17años desde niña ha sido muy solitaria y tiene tendencias repetitivas.. porfavor orienteme a que medico devo acudir para un buen diagnosticos. GRACIAS